El Salmo 37:7-8 de la Biblia dice: «Quédate quieto en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que él actúe. No te inquietes… ni te preocupes… eso únicamente causa daño». Dios quiere que esperes pacientemente su respuesta a tu oración.
Isaías 40:31 dice: «Pero los que esperan en el Señor renovarán su fuerza; se elevarán sobre alas como águilas; correrán y no se cansarán, caminarán y no se desmayarán».