https://youtu.be/MpyTC6Ev0xc
La Biblia habla mucho sobre el poder de la influencia. En Proverbios 22:24, Salomón advierte: “No te entremetas con el iracundo, ni te acompañes con el hombre de enojos”.
Ser influenciada es ser inducida a pensar, creer y actuar como te enseñan. Tu respuesta a la admiración, imitación, preferencia y seguimiento a otras personas denotan que ellas son tu mayor influencia.
La oración por los demás es una de las maneras más sencillas y a la vez más importantes en la que podemos influenciarlos para Cristo. Cuando intercedemos por otros, Dios usa nuestra influencia para causar un efecto que puede llegar hasta lo último de la Tierra.